jueves, 16 de octubre de 2008

No se lo digais a nadie

No se lo digais a nadie, pero el otro sábado, día 4 de octubre, bajo la previsión favorable de al menos cuatro o cinco páginas de las llamadas "gurús del viento", que son consultadas por todo kiski y enlincadas en varios blogs y foros y que daban entre las 6 y las 10 de la mañana un buen F5 de Noreste, me levanté a las 6, provocando la sorpresa somnolienta de Mar, compañera de sueños y sábanas: ¿pero dónde vas?


-... puessss, a navegar, si te lo dije anoche...


Desayuno, preparo algo de fruta y zumo, y salgo para La Llana.


-Uyy, de camino no se mueven ni las banderas de los campos de golf y urbanizaciones orilleras a la autovía... mala señal.


En cualquier caso, prosigo con la esperanza del que puede triunfar, viéndome navegar ya con los primeros rayos de sol, sacando back loop y aerials en back side y teniendo como único testigo al sol naciente.
-Uff se me va la pelota... -


Llego a La Llana y los pescadores

se están colocando a la orillica del puerto, ensartando al gusano en el anzuelo, aflojando carrete y lanzando el sedal...


Son las 8 y amanece (que no es poco, como dice el título de la subrrealista película). Termino de ver salir el sol, un poquito de Bob Marley, unas fotos, unos pensamientos oportunos sobre el fracaso, la mierda del cambio climático, que seguro que ha tenido la culpa, porque la crisis en esto no puede tener nada que ver y arranco el coche, a ver si me da tiempo a desayunar con Pablo y con Mar.


Y es que, estas cosas también pasan. Forman parte del juego, del azar, de la imprevisión. Si no te arriesgas, no podrás arrancarle a la naturaleza todo su explendor.


Hasta la próxima, por que habrá más proximas, por que los zagalicos no aprendemos, ¿para qué? Quizás mañana o al otro, me cuadren las condiciones y triunfe...


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