martes, 15 de diciembre de 2009

House

Y yo, que llevaba más de seis meses sin ponerme delante de la TV para ver otra cosa que no fuera un telediario o el evasivo programa de viajes "Planeta Solitario" de los viernes en la 2, acabo de inaugurar el ratito de después de cenar, ese ratito que queda antes de ir al sobre, con una tumbada de sofá viendo al genial House. Ya llevo dos martes así... ¡Menos mal que aún hay cosas que se pueden ver a horas "normales", aunque sean contadas con los dedos! Ya te digo: una... dos... y tres!!

El payo no se corta, me cautivó desde que lo ví la primera vez. Ya no podía quitarle el ojo de encima, aunque me faltara el bicarbonato para neutralizar su pasmosa acidez, aunque me faltaran palabras de asombro para elogiar a los guionistas por sus genialidades pasadas de tono. Es una patada en el culo a este mundo cínico y superficial. Es una muestra de sensibilidad visceral, de atormentada pasión por la vida.