domingo, 2 de agosto de 2009

AGUILAS, 23 y 25 DE JULIO:LEBECHE Y LEVANTE





El lunes 20 de julio después de un domingo agotador de viaje de vuelta de Praga y Viena, pero reconfortante por la llegada a casa, consulto en internet la previsión para la semana que se avecina: parece que pegará el jueves lebeche y el sábado levante. Voy a estar en Águilas una semana y preparo el material grande: tabla de 103 L y velas de 7,5; 5,8 y 5,2.

Como se preveía, el jueves pinta bien, a pesar de que algunos locales consultan con otros locales de Mójacar y les dicen que el viento es inestable, con rachas de 30 kt, un poco de tierra y que si tal y cual .... ¡pascual! Total que no va a ir nadie. Son las tres y media, miro al horizonte y la orientación de los barcos anclados en la bahía de Águilas, "la calor", el viento del sur, la línea delgada y oscura en el horizonte hacia Mojácar, son las premisas de unos años de observación que auguran una buena tarde... Para mí pinta de la ostia y en contra de las recomendaciones, me las piro y nada más pasar Terreros, a 7 km de Águilas, se ve la castaña que pega!! Es otro mundo, otra historia. Al pasar Villaricos el lebeche es fuerte, el mar emborregado y no hay dudas sobre lo que me espera. Sin embargo al llegar a Mojácar veo una nube oscura, como de polvo, que viene del poniente, de tierra y pienso que no va a estar bueno, ya que la orientación de poniente entra terral, pero no me amilano, sigo bajando y buscando. Entonces la encuentro, una pequeña playa antes de llegar al Pueblo Indalo, una playa que me deja montar 5.2 al resguardo del viento aún con un calor insoportable (44 ºC). Me meto en un "horno moruno" con un F6 side shore, en el que voy pasado como una carreta perseguida por los indios en una película de vaqueros. La nube no era de polvo, era el incendio que se acababa de montar en la Sierra de Cabrera, en el municipio de Turre y pisándole los talones a Mojácar. Salgo, crema, licra, tenso de amura y escota, la baluma se ablanda. La nube se vuelve cada vez más opaca y va reflejando los destellos del fuego que desde la autovía deben ser bien visibles. Voy más cómodo, mayor control. La luminosidad del fuego se hace cada vez más patente mientras navego, en un mar que se vuelve de color gris acero, en el que se comienzan a reflejar, destelleantes las llamas sobre las cumbres de la sierra. Empiezo a estar incómodo. Helicópteros, aviones, ... A las seis y media pliego, me alejo del espectáculo dantesco, que no deseo conservar en la retina de mis ojos y aminorando la marcha tomo estas fotos y corro, apenado (cuánta agua bajo mis pies mientras navego y cuanta llama sobre la sierra).

El sábado 25 de julio amanece ya fresco. Parece que será un día de levante con 15 nudos, para vela grande, bordos largos, puro slalom, frente al puerto de Águilas. De todas maneras, llamo a Luis, para que me ponga al corriente de lo que se mueve por las arenas de Calblanque. Pero por ahí la cosa no funciona (más tarde me mandará un mensaje diciéndome que Calblanque funciona, pera yo ya me habré salido del agua). Espero tranquilamenta a que la playa se despeje y a eso de las tres, consulto el horizonte, hay borregos consolidados, los mismos de toda la mañana que no se han ido. Hablo con los chavales de Cruz Roja. No hay problema en salir enfrente de mi casa. Monto 7,5 y salgo ¡follao!. Salto el cabo que une las boyas y pa´dentro. Voy pasado, un par de bordos y regreso para montar 5.8- Vuelvo a salir potente con la racha de la orilla, planeando y saltando el cabo de las boyas. Una ligera bajada cuando estoy a la altura del puerto y del Pico de l´Aguilica, como siempre... pero a 25 metros me vuelvo a encontrar con el levante en todo su esplendor, durante una hora y media que disfruto en plan relax. Bordos largos y trasluchadas en el seno de las olas de mar de fondo. Al regresar, duck jibe a la altura del puerto y salida full speed.... Es Águilas, paraíso de luz y alegría!!
Y yo solo, como siempre en Águilas....

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